jueves, 15 de abril de 2021

Una pluma en tránsito perpetuo

“UNA PLUMA EN TRÁNSITO PERPETUO”, así tituló Pablo Mereb una crónica sobre mi nuevo doble libro Páginas en el viento / El camino del té (hojas de viaje), que salió por Textos Intrusos en noviembre de 2020.





Este querido escritor, compañero de letras, de escenarios literatos y de distintas misceláneas en el arte, escribió para la revista cultural “Chile, país de poetas”, de reciente aparición, con tanta calidez que me emocionó.

 

La editorial Textos Intrusos publicó Páginas en el viento / El camino del té (hojas de viaje), un nuevo libro del periodista y escritor Diego Tedeschi Loisa.

Páginas en el viento / El camino del té (hojas de viaje) es el nuevo libro de Diego Tedeschi Loisa. Lo primero que llama la atención es el nombre ―o los nombres―. Por supuesto, hay un porqué.



Al igual que en Las palabras del fuego / Escribir poemas (su libro de poemas de 2017, también publicado por Textos Intrusos), aquí nos encontramos con dos libros en uno, dos conceptos en uno, dos propuestas en un mismo envase. Envase sin contratapa, con dos tapas; dos Caras A, no hay Cara B.

No es un mero capricho la analogía con los discos. Diego es musical. La música está presente en todo lo que hace. Pero no funciona como un solista individualista, de esos que tocan todos los instrumentos, que producen en soledad su álbum; a él le gusta laburar con banda. Es el artífice, el comandante, el ideólogo, pero le otorga espacios a sus compañeros para que se luzcan, para que tengan su momento, para que hagan su solo. Basta con haber ido a una de sus presentaciones para darse cuenta de la fiesta colectiva que se arma alrededor de su nueva creación: poetas, músicos, locutores, artistas de varieté, periodistas, videastas, actores, amigos, cumpas de militancia, parientes, colegas y algunos otros etcétera.

 


Diego Matías Tedeschi hizo el diseño de las tapas. Candela Krup y Tomás López Gue sacaron las fotos que se ven en las solapas. Juan Pablo Ares lo ayudó con la traducción de letras musicales en inglés. Guadalupe Romero fue su correctora. Neyda Pitt sacó la foto de Páginas en el viento y escribió el prólogo de El camino del té (hojas de viaje). Ezequiel Peralta escribió el prólogo de Páginas en el viento. Walter Brizuela sacó la foto que se ve en El camino del té (hojas de viaje). Hernán Casabella, capitán de Textos Intrusos, se hizo cargo de la edición.


El camino del té (hojas de viaje) ofrece un dos x uno: el té y los viajes. Así tenemos un ida y vuelta, un ping pong entre estos dos conceptos.

Cada poema de Hojas de viaje va acompañado por un lugar en el mundo y la mención de una canción. Las elecciones no son arbitrarias: poema, lugar y canción están interrelacionadas.  (Hojas de viaje #8 Posadas, Misiones Argentina. "En la cintura de los pájaros": León Gieco & Nito Mestre).

En El camino del té cada poema responde a un té diferente con su correspondiente canción de relajación: piezas musicales de Enya, Kitaro, Loreena McKennitt, Vangelis.  (#14 té de boldo. "Exile": Enya).


Páginas en el viento es un corpus de poemas que nacieron en el contexto de playa y mar, de mates y tragos, cuando el COVID-19 azotaba China. Refieren a su etapa liberadora y de visibilidad como gay. Cada poema culmina con el fragmento de alguna gema pop que, por supuesto, no está allí por azar ("Vos eras de quien hablaban en la ciudad cuando te humillaban". Jimmy Somerville).

A lo largo de esta doble ―o triple― obra se pueden apreciar las obsesiones del autor. Palabras que sobrevuelan, que vuelven una y otra vez: “luna”, “viento”, “sangre”, “fantasma”, “tren”, “labios”, “corazón”, “ojos”, “lluvia”, “carpe diem” y por supuesto “desandar”, clave en todos sus libros.

En sus versos hay guiños a muchas canciones. El conocimiento de Tedeschi sobre música es muy vasto; es probable que quien escribe estas líneas haya pasado por alto varios de esos guiños. Por supuesto, cuando se escurren algunos del universo “García”, los capto al toque (“narcisolona”, “esa careta idiota”, “pasajero en trance pasajero en tránsito perpetuo”, “en la calle de la sensación”, “vía muerta”).

 

 


En ciertos poemas recurre a la anáfora de un modo que me trae a Bob Dylan, a Patti Smith, a Joaquín Sabina:

cuando no queda mucho por decir

cuando las estrellas duermen

cuando el silencio quiere escapar

cuando la música es cuna encendida

un beso se devora todo

 

Tampoco faltan las secuencias de versos que funcionan como estribillos de canciones pop:

Acaricia mi luna

Me regala su mar

Lo envuelvo en mis olas

Nos dejamos ir

Acaricio su luna

Le enciendo mi hogar

Me apasiona en su canto

Nos dejamos ir

 Además, el autor suele introducir referencias explícitas a sus obras anteriores. Así como crea puentes entre sus colaboradores también lo hace con sus creaciones literarias. Aquí no falta la mención a una dupla imbatible de la literatura tedeschiloiseana: sus “nueces y refugios” (Nueces y Refugios. 25 cuentos gays para un día de lluvia, Textos Intrusos, 2017).

¡Ah! Y no se hizo la rata su habitual grito de guerra: esas “ganas de ir a más” que año tras año reza su pluma en cada libro, quizá como pista que anuncia que sí, hay Tedeschi Loisa para rato. Mientras tanto, podemos matizar la espera del próximo con unos tragos o unos mates, y desandar las páginas que Diego ya le ofrendó al viento.

 

Pablo Mereb





Entrevista para Agencia Paco Urondo - APU por Hernán Casabella

#Agencia Paco Urondo Fractura Cuestionario Diego Tedeschi Loisa: “La poesía regala aromas a este mundo donde las malas noticias quiere...